4.4 LA UNIDAD DEL MUNDO
La unidad del mundo consiste en su materialidad, en que todos los objetos y fenómenos del mundo, constituyen los distintos estados y propiedades de la materia en movimiento. En el mundo no hay nada que no sea forma concreta de la materia, propiedad o manifestación de sus propiedades e interconexiones. La unidad del mundo halla su expresión en la realidad objetiva de la materia como substrato de las distintas propiedades y formas del movimiento, de la increabilidad y la indestructibilidad de la materia y de su eternidad en el tiempo e infinitud en el espacio.
Además, la unidad del mundo se manifiesta en la concatenación universal de los fenómenos y los objetos, en que todos los tipos de materia poseen atributos universales tales como movimiento, espacio, tiempo, capacidad de autodesarrollo y otros; en la existencia de las regularidades dialécticas universales del movimiento de la materia, en su desarrollo histórico, así como en los procesos de cambio de unas formas de la materia y movimiento y su transición a otras. A escala local, la unidad del mundo se revela en la comunidad de la estructura físico-química de los diversos cuerpos compuestos de los mismos átomos y partículas y campos elementales; en la comunidad de las leyes físico-químicas en la Tierra, y en los sistemas cósmicos, en la unidad de las formas del movimiento. Pero no se debe entender la unidad del mundo como uniformidad y homogeneidad de su estructura, como simple repetición de los fenómenos conocidos en todas las escalas espaciales-temporales posibles.
Además, la unidad del mundo se manifiesta en la concatenación universal de los fenómenos y los objetos, en que todos los tipos de materia poseen atributos universales tales como movimiento, espacio, tiempo, capacidad de autodesarrollo y otros; en la existencia de las regularidades dialécticas universales del movimiento de la materia, en su desarrollo histórico, así como en los procesos de cambio de unas formas de la materia y movimiento y su transición a otras. A escala local, la unidad del mundo se revela en la comunidad de la estructura físico-química de los diversos cuerpos compuestos de los mismos átomos y partículas y campos elementales; en la comunidad de las leyes físico-químicas en la Tierra, y en los sistemas cósmicos, en la unidad de las formas del movimiento. Pero no se debe entender la unidad del mundo como uniformidad y homogeneidad de su estructura, como simple repetición de los fenómenos conocidos en todas las escalas espaciales-temporales posibles.
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